jueves, 30 de junio de 2011
martes, 28 de junio de 2011
lunes, 27 de junio de 2011
martes, 21 de junio de 2011
lunes, 20 de junio de 2011
jueves, 9 de junio de 2011
barco historico visita la mariña de lugo!!! SEA CLOUD
ESTÁ EN FOZ.................
El Sea Cloud lleva navegando desde 1931, año en que E.F. Hutton, un magnate neoyorquino, regaló un espléndido yate de recreo de cuatro mástiles a su esposa Marjorie Merriweather, rica heredera y mujer de negocios. El barco, bautizado como Hussar fue decorado al gusto de Marjorie, quien antes de la existencia del barco reprodujo su interior simulándolo en un almacén portuario para realizar pruebas de mobiliario. Durante el primer año de navegación, la pareja realizó un crucero de nueve meses, llevando su estilo de vida lujoso a todos los puertos que visitaban, donde invitaban a cenas y fiestas a las personalidades locales. A pesar de una vida opulenta, variada y muy viajera, el matrimonio hizo aguas y cuatro años después de la botadura del Hussar, llegó el divorcio. En el reparto de propiedades, ella se quedó con el barco, al que rebautizó como Sea Cloud y lo convirtió en una embajada y misión comercial oficiosa de Estados Unidos viajando por el mundo, invitando a millonarios, celebridades y diplomáticos a bordo. Incluso altos dignatarios de EE.UU. y la Unión Soviética se alojaron a bordo simultáneamente en una visita del velero a Leningrado, de donde tuvo que salir a toda prisa cuando la guerra mundial era inminente y la marina alemana estaba al acecho.
Durante el conflicto armado, el barco fue movilizado por la armada estadounidense, que le despojó de mástiles, le dotó de armamento y navegando únicamente a motor como IX-99 realizó tareas militares de vigilancia, guardacostas y trasmisión de datos. De ahí que aun hoy el barco luzca una placa bajo el puente de mando con unas barras doradas que recuerdan sus años de servicio militar, que terminó en 1946 y volvió a manos de sus propietarios, que invirtieron una fortuna en recuperar su aspecto original tras su paso por un mundo para el que no estaba preparado. A pesar de ser el yate privado más grande de EE.UU., el entonces marido de Merriweather no tenía mucha sangre marinera y lejos de disfrutar a bordo se mareaba continuamente y perdió interés en navegar. Esa circunstancia, unida a que los costes de mantenimiento del barco y los sueldos de 70 tripulantes no eran precisamente económicos, empujó al matrimonio a vender el velero a un curioso personaje que se había enamorado de éste tras haber viajado a bordo.
En 1955, Leónidas Trujillo, el tristemente famoso dictador dominicano, pasó a ser el nuevo dueño, que renombró como Angelita a su nuevo barco de recreo. Chapita, -como era conocido Trujillo por su afición a las condecoraciones-, no pudo disfrutar demasiado de su residencia flotante, ya que fue asesinado en 1961. A pesar de su entierro en un panteón bajo el altar de una iglesia de la ciudad de San Cristóbal, sus allegados temieron que su tumba fuese profanada y trasladaron su cuerpo al Angelita, que zarpó inmediatamente cargado de objetos valiosos y una cantidad indeterminada de dinero con sus familiares y colaboradores más próximos, con destino a la Costa Azul, donde pensaban vivir un discreto retiro dorado. Para cuando llegaron a Canarias el barco recibió la orden del nuevo gobierno de regresar al país -dinero y bienes se perdieron por el camino- y pasó a formar parte de la armada dominicana. Poco después fue vendido en dos ocasiones y tras unos años sin actividad fue reconvertido en un híbrido de buque escuela civil para estudiantes con posibles, una idea que fracasó al poco tiempo y el velero, que había vuelto a cambiar hasta tres veces de nombre, quedó abandonado en Puerto Colón, Panamá.
Un grupo de marinos mercantes, empresarios y amantes del mar alemanes tuvieron noticia de la situación del velero. Volaron hasta Panamá para recuperarlo y lo compraron prácticamente al peso. Tras una dura travesía hasta Hamburgo, llevaron al Sea Cloud hasta el astillero donde se construyó en los años 30, allí pudieron devolverle su aspecto original, un trabajo de casi nueve meses tras el que el barco renació reconvertido en un elegante velero de cruceros con capacidad para 64 pasajeros, atendidos por 60 tripulantes. Al ser diseñado originalmente como yate privado, algunos de sus camarotes tienen algunos detalles curiosos como chimeneas, lavabos con mármol de Carrara o algunos de los muebles originales. El ambiente a bordo dista mucho del de los actuales buques de crucero al llevar un numero tan limitado de pasajeros, que saben de las peculiaridades de este barco y disfrutan cuando navega a vela, extendiendo sus 30 velas que ocupan unos 3.000m2 de superficie.
ESTÁ EN FOZ.................
El Sea Cloud lleva navegando desde 1931, año en que E.F. Hutton, un magnate neoyorquino, regaló un espléndido yate de recreo de cuatro mástiles a su esposa Marjorie Merriweather, rica heredera y mujer de negocios. El barco, bautizado como Hussar fue decorado al gusto de Marjorie, quien antes de la existencia del barco reprodujo su interior simulándolo en un almacén portuario para realizar pruebas de mobiliario. Durante el primer año de navegación, la pareja realizó un crucero de nueve meses, llevando su estilo de vida lujoso a todos los puertos que visitaban, donde invitaban a cenas y fiestas a las personalidades locales. A pesar de una vida opulenta, variada y muy viajera, el matrimonio hizo aguas y cuatro años después de la botadura del Hussar, llegó el divorcio. En el reparto de propiedades, ella se quedó con el barco, al que rebautizó como Sea Cloud y lo convirtió en una embajada y misión comercial oficiosa de Estados Unidos viajando por el mundo, invitando a millonarios, celebridades y diplomáticos a bordo. Incluso altos dignatarios de EE.UU. y la Unión Soviética se alojaron a bordo simultáneamente en una visita del velero a Leningrado, de donde tuvo que salir a toda prisa cuando la guerra mundial era inminente y la marina alemana estaba al acecho.
Durante el conflicto armado, el barco fue movilizado por la armada estadounidense, que le despojó de mástiles, le dotó de armamento y navegando únicamente a motor como IX-99 realizó tareas militares de vigilancia, guardacostas y trasmisión de datos. De ahí que aun hoy el barco luzca una placa bajo el puente de mando con unas barras doradas que recuerdan sus años de servicio militar, que terminó en 1946 y volvió a manos de sus propietarios, que invirtieron una fortuna en recuperar su aspecto original tras su paso por un mundo para el que no estaba preparado. A pesar de ser el yate privado más grande de EE.UU., el entonces marido de Merriweather no tenía mucha sangre marinera y lejos de disfrutar a bordo se mareaba continuamente y perdió interés en navegar. Esa circunstancia, unida a que los costes de mantenimiento del barco y los sueldos de 70 tripulantes no eran precisamente económicos, empujó al matrimonio a vender el velero a un curioso personaje que se había enamorado de éste tras haber viajado a bordo.
En 1955, Leónidas Trujillo, el tristemente famoso dictador dominicano, pasó a ser el nuevo dueño, que renombró como Angelita a su nuevo barco de recreo. Chapita, -como era conocido Trujillo por su afición a las condecoraciones-, no pudo disfrutar demasiado de su residencia flotante, ya que fue asesinado en 1961. A pesar de su entierro en un panteón bajo el altar de una iglesia de la ciudad de San Cristóbal, sus allegados temieron que su tumba fuese profanada y trasladaron su cuerpo al Angelita, que zarpó inmediatamente cargado de objetos valiosos y una cantidad indeterminada de dinero con sus familiares y colaboradores más próximos, con destino a la Costa Azul, donde pensaban vivir un discreto retiro dorado. Para cuando llegaron a Canarias el barco recibió la orden del nuevo gobierno de regresar al país -dinero y bienes se perdieron por el camino- y pasó a formar parte de la armada dominicana. Poco después fue vendido en dos ocasiones y tras unos años sin actividad fue reconvertido en un híbrido de buque escuela civil para estudiantes con posibles, una idea que fracasó al poco tiempo y el velero, que había vuelto a cambiar hasta tres veces de nombre, quedó abandonado en Puerto Colón, Panamá.
Un grupo de marinos mercantes, empresarios y amantes del mar alemanes tuvieron noticia de la situación del velero. Volaron hasta Panamá para recuperarlo y lo compraron prácticamente al peso. Tras una dura travesía hasta Hamburgo, llevaron al Sea Cloud hasta el astillero donde se construyó en los años 30, allí pudieron devolverle su aspecto original, un trabajo de casi nueve meses tras el que el barco renació reconvertido en un elegante velero de cruceros con capacidad para 64 pasajeros, atendidos por 60 tripulantes. Al ser diseñado originalmente como yate privado, algunos de sus camarotes tienen algunos detalles curiosos como chimeneas, lavabos con mármol de Carrara o algunos de los muebles originales. El ambiente a bordo dista mucho del de los actuales buques de crucero al llevar un numero tan limitado de pasajeros, que saben de las peculiaridades de este barco y disfrutan cuando navega a vela, extendiendo sus 30 velas que ocupan unos 3.000m2 de superficie.
Durante el conflicto armado, el barco fue movilizado por la armada estadounidense, que le despojó de mástiles, le dotó de armamento y navegando únicamente a motor como IX-99 realizó tareas militares de vigilancia, guardacostas y trasmisión de datos. De ahí que aun hoy el barco luzca una placa bajo el puente de mando con unas barras doradas que recuerdan sus años de servicio militar, que terminó en 1946 y volvió a manos de sus propietarios, que invirtieron una fortuna en recuperar su aspecto original tras su paso por un mundo para el que no estaba preparado. A pesar de ser el yate privado más grande de EE.UU., el entonces marido de Merriweather no tenía mucha sangre marinera y lejos de disfrutar a bordo se mareaba continuamente y perdió interés en navegar. Esa circunstancia, unida a que los costes de mantenimiento del barco y los sueldos de 70 tripulantes no eran precisamente económicos, empujó al matrimonio a vender el velero a un curioso personaje que se había enamorado de éste tras haber viajado a bordo.
En 1955, Leónidas Trujillo, el tristemente famoso dictador dominicano, pasó a ser el nuevo dueño, que renombró como Angelita a su nuevo barco de recreo. Chapita, -como era conocido Trujillo por su afición a las condecoraciones-, no pudo disfrutar demasiado de su residencia flotante, ya que fue asesinado en 1961. A pesar de su entierro en un panteón bajo el altar de una iglesia de la ciudad de San Cristóbal, sus allegados temieron que su tumba fuese profanada y trasladaron su cuerpo al Angelita, que zarpó inmediatamente cargado de objetos valiosos y una cantidad indeterminada de dinero con sus familiares y colaboradores más próximos, con destino a la Costa Azul, donde pensaban vivir un discreto retiro dorado. Para cuando llegaron a Canarias el barco recibió la orden del nuevo gobierno de regresar al país -dinero y bienes se perdieron por el camino- y pasó a formar parte de la armada dominicana. Poco después fue vendido en dos ocasiones y tras unos años sin actividad fue reconvertido en un híbrido de buque escuela civil para estudiantes con posibles, una idea que fracasó al poco tiempo y el velero, que había vuelto a cambiar hasta tres veces de nombre, quedó abandonado en Puerto Colón, Panamá.
Un grupo de marinos mercantes, empresarios y amantes del mar alemanes tuvieron noticia de la situación del velero. Volaron hasta Panamá para recuperarlo y lo compraron prácticamente al peso. Tras una dura travesía hasta Hamburgo, llevaron al Sea Cloud hasta el astillero donde se construyó en los años 30, allí pudieron devolverle su aspecto original, un trabajo de casi nueve meses tras el que el barco renació reconvertido en un elegante velero de cruceros con capacidad para 64 pasajeros, atendidos por 60 tripulantes. Al ser diseñado originalmente como yate privado, algunos de sus camarotes tienen algunos detalles curiosos como chimeneas, lavabos con mármol de Carrara o algunos de los muebles originales. El ambiente a bordo dista mucho del de los actuales buques de crucero al llevar un numero tan limitado de pasajeros, que saben de las peculiaridades de este barco y disfrutan cuando navega a vela, extendiendo sus 30 velas que ocupan unos 3.000m2 de superficie.
DESDE EL 1930 NAVEGANDO!!!
2011 es la fecha marcada para la celebración del 80 cumpleaños del Sea Cloud. Velero que perteneció al dictador Trujillo, gobernador de la república dominicana desde 1930 hasta 1961, su tiranía a la hora de gobernar fue denominada históricamente como una de las más sangrientas del siglo XX. El Sea Cloud era el yate donde se celebraban las fiestas de alta sociedad, cuyo nombre cambió muchas veces a lo largo de los años, pero que en aquella época era conocido como el yate Angelita en honor a la hija del dictador.
El velero sigue manteniendo el lujo y esplendor con el que fue creado, sin embargo Sea Cloud Cruises actual dueño del velero, prefiere recordar al primer propietario, un corredor de wall street y a su esposa Marjorie Merriweather Post, que fue la responsable del diseño. En 1955 fue vendido a Trujillo, y la naviera prefiere clasificar aquella etapa como un capítulo oscuro en la historia del velero. En 1978 fue comprado por un grupo de armadores que lo convirtieron en lo que es ahora.
El Sea Cloud llegará a Vigo el 10 de junio con unos 50 pasajeros que pagaran alrededor de mil euros por día de crucero, exactamente el Sea Cloud fondeará en las islas Cíes, parada que realiza cada año. Y desde Barcelona el 17 de julio realizará su salida para un crucero por el mediterráneo: Mahon, Alghero, Olbia, Bonifacio, Civitavecchia.
Actualmente el Sea Cloud es un velero que pertenece a Sea Cloud Cruises, pero su fama es debida a sus 80 años de historia, cuyos pasajeros fueron grandes personajes conocidos dentro del mundo de la política, el cine, y las revistas del corazón. El velero mantiene todavía el mármol de carrara que se utilizó para decorar los baños, y muchos más detalles que sorprenden a quien lo visita o viaja en él.
HABITACIONES DE LUJO!!!!
Viajar con un crucero es una experiencia muy gratificante, pero hacerlo con una embarcación como el Sea Cloud, un velero elegante, con casi ochenta años de historia puede resultar mágico.
El Sea Cloud ofrece todo un servicio de primer nivel para el pasajero que se decidida a emprender el viaje de su vida. La gastronomía servida a bordo es del más alto nivel ya que en este velero cocinan excelentes maestros del arte de la cocina. No sólo sus platos, en el Sea Cloud hay una buena gama de los mejores vinos.
En el Sea cloud se puede comer con una vestimenta informal, no existen, eso si, siempre hay que cuidar aspectos como el ir aseado, nunca mojado y tampoco con sandalias de agua.
Esta claro que Sea Cloud es un velero y por lo tanto no tiene las dimensiones de un trasatlántico, con lo que no dispone tampoco ni de los espacios ni de todos los equipamientos que los monstruos marinos que son los grandes buques. Como alternativa a las actividades que se pueden practicar en los grandes buques, el Sea Cloud ofrece a sus pasajeros la posibilidad de practicar deportes como el Snorkel, el ski acuático o el windsurfing, actividades que no podríamos realizar a bordo de un trasatlántico.
Lo que si que hay a bordo son servicios como; biblioteca, lavandería, periódicos a disposición del pasajero, camarotes equipados con aire acondicionado, un pequeño centro médico a bordo y otro tipo de equipamientos imprescindibles para la navegación.
Datos técnicos
Peso: 2532 toneladas
Eslora: 109,73 metros
Manga: 15,24 metros
Capacidad: 65 pasajeros y 60 tripulantes
Plantas: 3 cubiertas
Velocidad: 10 nudos de velocidad
Esta claro que no es un buque de gran envergadura, eso tiene que quedar claro al embarcar en este tipo de cruceros, pero no hay nada más romántico que realizar un viaje a bordo de un velero y más aún si hace con un velero de la categoría del Sea Cloud.
miércoles, 8 de junio de 2011
lunes, 6 de junio de 2011
viernes, 3 de junio de 2011
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